Recuerdo aquellos días, en los que yo corría sin ninguna preocupación y con tanta felicidad. Yo tengo muchos recuerdos bonitos de cuando yo era pequeña y jugaba con mis primos en el llano desde muy temprano. Había días en los que salíamos de excursiones acompañados por mi mamá y mis tías, entrabamos a cuevas, jugábamos con los perros, montábamos en bicicletas e inventábamos juegos de las cosas más pequeñas. La mayoría del tiempo la pasaba afuera. Aunque recuerdo que los sábados, despertaba a las 6 de la mañana para mirar Winnie the Pooh. Por nada del mundo cambiaría mi infancia y todos los bonitos recuerdos, que algún día compartiré con mis hijos.
Me entristece mirar que los tiempos han cambiando; las infancias de ahora son influenciadas por un uso intenso de la tecnología, lo cual no es culpa de nadie. Más en cambio, ha sido causado por la evolución de nuestra sociedad y el tiempo en el que vivimos. Pero ¿cuando es demasiado pronto para darles un aparato de tecnología a los niños?
Basado en investigaciones científicas sobre el desarrollo cerebral, se dice que el cerebro se desarrolla a través del tiempo. Este desarrollo comienza desde antes del nacimiento y continúa en la edad adulta. Las conexiones neuronales más simples son creadas primero, pero en los primeros tres años de vida mas de 700 conexiones neurales son creadas cada segundo. Estas conexiones son formadas particularmente durante las interacciones con los padres y otros adultos, por lo cual es muy importante estar atentos con los niños y enseñarles los mejores hábitos posibles. Sin embargo, este tiempo, que típicamente había sido utilizado para convivir con los niños, ahora es ocupado por aparatos de tecnología. Es casi imposible, proteger a los niños de toda interacción tecnológica, ya que está presente en todos los aspectos de nuestras vidas, pero si es posible disminuir el uso que se les da voluntariamente.
Muchas veces la gente llega cansada del trabajo y es fácil darles el teléfono o prender el televisor para que los niños estén tranquilos y tengan paz, pero ¿por qué no sacarlos al parque o a caminar un rato? Es fácil salir unas cuantas veces al día en lugar de simplemente distraer a los niños dándoles algo que no tiene substancia. He escuchado a personas que defienden el uso del internet para la educación de los niños, niños menores de cuatro años. A esta edad los niños tienen mucha energía y metafóricamente hablando, su cerebro es una esponja. Esta esponja tiene que ser utilizada para aprender cosas productivas, que al igual sean buenas para su salud, y para su futuro.
Es verdad que el internet y otros medios pueden enseñarles cosas a los niños, pero la mayoría del tiempo este no es el caso. Sin saber, los niños pasan horas mirando caricaturas, y estás caricaturas han cambiando mucho a través de los años, ya que no son tan inocentes como antes. Y no solamente esto, sino que hasta en familia cuando miramos telenovelas hay contenido que no es apropiado para los niños. A veces hay circunstancias en las cuales un teléfono es necesario para los niños, especialmente cuando tienen que caminar solos después de la escuela o en otra situación parecida, sin embargo no es necesario darles el teléfono más avanzado y lujoso, porque se supone que este aparato se les esta dando por un solo propósito, seguridad.
La inocencia y la infancia son cada vez más cortas, y es importante intentar darles atención a los niños y enseñarles cosas que los van a beneficiar en el futuro, como jugar algún deporte y hacer el estudiar un hábito. Honestamente, les agradezco tanto a mis padres por habernos dado tanta atención a mi hermano y a mi por que he aprendido que mientras pasa el tiempo, mas tiempo tenemos para usar tecnología. A veces aunque no queramos, es prácticamente una parte esencial de nuestra vida, pero lo que nunca vamos a tener otra vez es el tiempo compartido con nuestros padres, la inocencia, o el tiempo donde vivíamos sin ninguna preocupación. El tiempo cuando el simple salir a caminar y jugar un juego era lo mejor del mundo. Estas son las memorias que nos crean y nos influyen en la edad adulta. Cosas que se les están negando a los niños cuando no hay atención o contacto substancial con ellos. No es malo distraerse después de un día largo y cansado, y de ninguna manera estoy en contra de todo el uso tecnológico, solamente creo que hay que tener un balance entre el uso de la tecnología y el salir afuera para disfrutar de todo lo que ofrece el mundo para crear una vida más productiva y saludable.