Desmotivado se encontraba, otra noche más de alcohol, luces de colores y música alta. Las típicas sonrisas cansadas, los múltiples saludos a los frecuentes y los no frecuentes extasiados por su escape momentáneo de la realidad. El mismo procedimiento de siempre: llego, abrio el menú, consulto la botella de preferencia con sus colegas y de la cartera sacó sus billetes, dichoso papel finalmente cumpliendo su misión. Usualmente sería otra noche de prejuicios, mixtas intenciones y malas decisiones pero irónicamente esta no seria otra noche usual.
Entre la multitud el sondeo de la zona efectivamente resalta muchas cosas pero hay alguien que no encaja en la foto: ella. Extrañado él decide activar el escáner para revisar la situación, el ya sabe leer el area y trata de descifrar el misterio antes de crear un plan de juego. Pelo negro, largo hasta la cintura. Nariz perfilada, ojos marrones como el color del ron. No lleva mucho maquillaje, un reflejo de confianza o tal vez una novatada por falta de experiencia. Aparenta ser latina-europea, categoria que a el lo debilita. De gestos vanidosos pero con un aire de inocencia. Le calcula unos 19 o 20 años pero no es hasta que ve alrededor de ella que lo confirma. El promotor de turno, conocido y amigo suyo, que seguramente la paso sin que le pidieran el ID y otras dos muchachas que frecuentan el club. El acercamiento sería hostil en este momento pero la experiencia está de su lado y claramente los numeros tambien. Sin embargo, el decide esperar. El es fiel creyente de los encuentros "accidentales" y esta decidido en esperar el momento indicado para crear uno. La noche es tan joven como ellos.
Poco a poco, el mercado de la noche y el alcohol se hacen efectivos sin regulaciones de producción. La mente se siente más libre, la pena le esta dando permiso a los pensamientos, que durante la sobriedad serían humillantes, de realizarse. Varios se intentan acercar a ella. El la ha estado vigilando como parte del eterno juego de las miradas, atentamente esperando una milagrosa pista para acercarse. Ya algo se le está ocurriendo para adentrarse en la aventura pero ella está perdida en todo esto, ella esta ahí físicamente pero su cabeza parece estar en otro lado. Necesita traerla a la tierra de vuelta. El definitivamente se pregunta el por que, pero dentro de todo lo surreal que te rodea en ese momento, es difícil tratar de pensar en un solo motivo como respuesta.
El se motiva a dar la ronda de reconocimiento físico por el local, a ver si ella se percata de su presencia y obtiene algo mas de informacion. Decide hacer acto de presencia alrededor de la barra, a unos cuantos metros de ella. Saluda a unos cuantos conocidos que no alcanzó al inicio de la noche para no forzar la movida, establece una conversación para aclimatarse a las vibras de ese sector. Ya se encontraba mucho mas cerca de la pista que en su usual mesa, he aquí donde la distancia entre un beso, un nuevo mejor amigo o una pelea son dos pasos. Todos sincronizados en el tipico un-dos de lado a lado al ritmo y la velocidad del house comercial que activa los sentidos. Ya estando a algunos cuerpos desconocidos de distancia, sucedió. El típico patán mala copa hizo su gracia de la noche y decidió simpatizar con las típicas conductas sexistas de los hombres al agarrarla, si a ella, por la retaguardia. En acto inmediato, salta, gira y las manos hacia arriba como los gorilas de Melody. Afortunadamente o desgraciadamente para él, el trago que ella tenía en sus manos se derrama directamente en la dirección en la que se encontraba el. Ahora el se encuentra en aquel momento incomodo en el que quiere enfrentar al patán, pero a la vez no quiere lucir como un bestia. La clase y la educación es lo último que se pierde, el ignora totalmente la presencia de ella y se dirige al seguridad más cercano. El cual a este punto ya deben sospechar, también es su amigo. Le indica la silueta del que cometio dicho delito y en menos de 2 minutos, el mala copa estaba siendo escoltado a las afueras de la discoteca y el ya se dirigía de vuelta a su mesa puesto que se encontraba abochornado y molesto por toda la situación. Unos cuantos minutos después, ella se acerca a la mesa donde se encuentra el. En su cara se ve que ella tiene intenciones de pedirle disculpas por lo sucedido. Entre pocas palabras, la voz suave y apenada de ella y la música tan alta el escucha el tipico "De verdad disculpame, me empujaron". Bien sereno, él asiente con la cabeza y le comenta que no hay ningún problema, que esas cosas pasan. Todo esto mientras sucede mientras se sirve un trago, le pregunta que cuál es su nombre. Ella le dice Alessandra y antipaticamente omite preguntarle el suyo. No está convencida de quedarse ahí, ella simplemente es una joven educada y queria pedirle perdon. El igual aprovecha para decirle que su nombre es Leandro y le entrega el trago que se estaba sirviendo. Ella rechaza el trago diciendo que no tiene por que, el insiste y afirma que no lo hace por que tenga sino por que quiere. Ella vuelve a insistir y se excusa diciendo que ella no toma ron. El se ríe y comenta que es muy curioso que no beba ron, cuando el trago que le echo encima era de dicha sustancia. Apenada, abre una carcajada para disimular el error y acepta el trago aclarando que solo se lo permitirá por ser tan comprensible.
Ya establecido el patrón de conversación, preguntas van y preguntas vienen. Encuentran muchas cosas en común: amigos, lugares, intereses, estudios, etc y la conversación logra fluir pero hay algo que le incomoda todavía. A el le desborda la esencia de mujeriego y ella claramente lo puede oler. Cuando estas jugando un partido como estos, es importante recordar que las mujeres siempre cargan el manual de juego en el bolsillo y nosotros meramente improvisamos. Ellas son técnicas y fundamentales. Nosotros somos meros artistas haciendo filigranas con el balón a ver si alguna nos sale bien. Ella por primera vez en la noche se ve concentrada en algo, pareciera que la cabeza hubiese vuelto al cuerpo por fin. El tiempo pasa. Ellos conversan de a ratos y se quedan callados por ratos mientras bailan con el grupo. Ella ya se siente agusto por lo menos y sus amigas, que no tardaron mucho en unirse al grupo, ya lograron llenar la alineación. El marcaje mixto es la técnica favorita de ellos, unos marcando la zona y los otros logran hacer marcaje personal para distinguir del grupo. Después del momento bochornoso, el ya se encuentra cómodo. Desbordando gracia por las bandas y tirando centros directo al segundo poste para marcar unas cuantas risas, él se da cuenta que no está siendo efectivo. Algo no está funcionando, la están pasando bien en general pero ella no suelta ninguna sonrisa orgánica por alguna razón. Tal vez por la misma razón que se encontraba perdida al principio de la noche, tal vez porque genuinamente a ella no le interesaba conocerlo, tal vez puede ser que quien sabe que sea posible. Se acerca el final de la noche y el sabe que el amanecer realza mas sueños de los que destruye. Ya sin muchas cartas bajo la manga el decide realizar una pregunta vertical. Le comenta que él entiende que ella no frecuenta mucho este tipo de ambientes pero que definitivamente le encantaría compartir con ella en algún lugar diferente, que si le permitía anotar su numero de telefono y que le entendería cualquier decisión sobre si quiere o no aceptar la invitación. Ella se ríe soberbiamente y le comenta ''Para qué quieres realmente mi numero? Me caes muy bien pero se nota que eres un muchacho que solo sabe tomar malas decisiones y yo no soy ese tipo de mujer. Salir contigo claramente conlleva ser otro numero mas en tu lista.” A lo que él, le colocó su teléfono a ella en la mano y le respondió ''Que curioso que pienses eso de mi. A lo mejor si fue una mala decisión pedirle a mi amigo que te tocara indebidamente para que casualmente derramaras tu trago encima de mí, a lo mejor fue una mala decisión invitarte un trago para quitarte esa cara de perdida que tenias y a lo mejor es una mala decisión dejarte mi teléfono. Pero debes saber también, que de todas las personas que había hoy yo tomé la decisión de conocerte a ti. Dependiendo de tu autoestima, no creo que pienses que soy tan malo tomando decisiones después de todo no? Quédate con mi teléfono, la clave es 1111. Revisa y confirma lo que piensas de mi y si quieres tomar una decisión mañana devuelvemelo a la dirección que está escrita en las notas.'' Sonrió, mientras la besaba en el cachete y se dirigía hacia la salida.