Imagínate esto: Un refrigerador casi vacío. Las únicas cosas que contiene son unos hongos, moho, cajas viejas de pizza y un medio galón ocasional de leche cortada. Siendo un estudiante en bancarrota estudiando a tiempo completo en la universidad de cuatro años, nunca hay suficiente dinero para gastar en el súper. Siempre tienes que depender de los “meal-swipes,” las sobras en varios lugares del campus y la generosidad de otra gente. Nunca habrá un momento más lleno de gratitud y felicidad que cuando tu amigo Brad te dice en Chipotle, “Muñeco, no tienes que preocuparte. Yo te invito.” O también cuando tu compañera de cuarto Sara dice, “Puedes comerte la comida que queda en la cocina.” El día de Acción de Gracias (Thanksgiving) llega muy pronto, y por eso, los estudiantes de la universidad tenemos que recordar que hay mucho por que agradecer.
Además de la generosidad de amigos como Brad y Sara, los estudiantes que dedican todo su tiempo a los estudios universitarios tienen mucho que agradecer. Por ejemplo, si hay alguna cosa siempre presente y probando tus límites y habilidades físicas y mentales, es la deuda. La deuda asociada con la educación universitaria ha enseñado a muchos estudiantes el arte necesario, pero delicado del ahorro. Debido a las lecciones que la deuda nos ha enseñado, los estudiantes ahora tenemos la habilidad de sobrevivir de un “bowl” de Chipotle por tres días, tres veces al día. Esta habilidad es sobrehumana y sin precedentes en la historia de la humanidad. Y la gente que sobreviva tendrá hijos que también tendrán estas habilidades maravillosas. De verdad, la evolución de los humanos es algo bellísimo y los estudiantes tienen que agradecer a la universidad por estas habilidades.
Además de estas habilidades de ahorro, los estudiantes tienen que dar gracias a la universidad por la habilidad de dilación. ¿Tres proyectos, dos exámenes, y un papel para el próximo día? ¡Por favor! Para un estudiante esta es una noche de martes típica. La universidad ha enseñado a los estudiantes el arte de dilación agresiva, y por eso, los estudiantes han desarrollado niveles de eficiencia y productividad en el último momento posible. Hasta ahora, el mundo no ha visto a un grupo de humanos que puedan crear una tesis compleja sobre metafísica, comprobar la existencia de Dios y aprender tres idiomas en una sola noche. Gracias a esta habilidad invalorable, los estudiantes pueden aprovechar el tiempo en otras actividades fuera de los estudios como cenando o celebrando con amigos, teniendo un ataque depresivo o participando en servicios a la comunidad.
En verdad, y todos los chistes aparte, los estudiantes de la universidad tienen mucho que agradecer. El obtener una educación que le sirva en su futuro es una oportunidad estupenda. Después, podrán solicitar trabajo en su área de estudio por un buen salario. También, con una educación universitaria podrán lograr la carrera de sus sueños, y podrán estar felices por el resto de sus vidas. Y más importante, sus padres, que han ahorrados miles de dólares para que sus hijos puedan asistir a una universidad de cuatro años, también merecen las gracias de sus hijos. Sin ellos, los estudiantes no podrían obtener ni un “meal plan.” En resumen, durante estas vacaciones de Acción de Gracias, nosotros los estudiantes tenemos que recordar quienes son los héroes reales de nuestras vidas.