Recuerdo la primera vez que fui a México. Tenía 13 años y estaba muy emocionada. Anticipaba recorrer las calles por las cuales mis padres y hermanos crecieron, comer en los mismos lugares, estar en los mismos parques, conocer a mi familia. Quería conocer lo que les traía tanta nostalgia. Pero durante mi primer dia de estar en México, me sentí fuera de lugar. Para ellos era una turista, una gringa, una estadounidense. Se me hizo muy chistoso porque en casa, (los Estados Unidos) yo siempre decía cuando me preguntaba quien fuera, “soy Mexicana, soy Sinaloense.” Aunque no hubiera nacido ahí. Es la cultura con la que me identificaba ya que fui criada por padres que son Sinaloenses y por lo natural me enseñaron y criaron con su comida, sus creencias, su lengua y su cultura. El estar en esta situación me trajo a pensar, “Si no soy considerada de aqui, ni de allá, entonces… ¿de donde soy?”
Yo se que no soy la unica que me he preguntado esto. De hecho, hay aproximadamente 22.3 miles de personas nacidas en los EE.UU que se autoidentifican como hispanos de origen Mexicano.
Pero quizás no estamos con cada pie pisando en direcciones opuestas. Ser Mexico-Americano es algo tan único que lo podemos considerar su propia cultura. Una cultura creada de amor, sueños, esfuerzo, lágrimas, sangre, entre tanto más. Más notable, una mezcla de dos países. Para unos, son más de uno que de otro. Ser Mexico-Americano tiene diferentes significados para diferente gente. Le pregunté a tres personas de nacionalidad Estadounidense con orígenes Mexicanos, “¿Que significa para ti ser Mexico-Americano?”
Alex de 19 años dijo que para el ser Mexico-Americano significa “papeles.” Significa poder continuar su educación si quiere y poder trabajar sin temor de ser deportado.
“Yo me puedo asimilar a cualquier cultura, todos tenemos algo en común,” también mencionó.
El comentario de Alex comienza una conversación muy interesante. El tener ciudadanía nos abre muchas puertas y oportunidades que quizás a nuestros papas no les tocarán. Pero aún hay barreras. Por ejemplo, muchos Mexico-Americanos somos los primeros en nuestras familias en asistir la universidad, y nos hallamos sin el apoyo de nuestros papás navegando este sistema. No porque no quieren apoyarnos, simplemente no saben cómo. Es un sistema ajeno para ellos.
Angel, otro chico con el que platique, expresó que para el ser Mexico-Americano es, “Sentirse distante de nuestras raíces, aunque nuestro hogar es aquí a la vez no lo es. [...] Pero si aprovechó de los pros! Ser bilingue, dos culturas, ir de Vicente Fernandez a J. Cole y entenderle a todo. La cena ser frijoles con queso y de pronto es Buffalo Wild Wings… Simplemente, hay tanto.”
Para Veranda, una tercera chica que respondio mi pregunta, ser Mexico-Americana es, “Tener dos diferentes personas. Creciendo [me enseñaron] a seguir tradiciones que son completamente diferentes y no aceptadas aquí [en los Estados Unidos]. Seguido me hallo dejando las cosas que fui enseñada y tomo mis propias decisiones. Pero también amo las diferencias culturales. Me hacen sentir diferente y con más conocimiento en ciertas cosas.”
No seremos ni de aqui ni de allá, pero eso es justo lo que nos hace tan únicos. Es lo que ha contribuido a una cultura llena de lo mejor y lo peor de dos mundos.