La vida es un gran viaje de autoconocimiento. Sobre la marcha, encontrarás paradas en las que ganarás un entendimiento mejor de muchas cosas: el amor, la amistad, el secreto de la felicidad. Para mí, estos momentos suelen ocurrir en la hora misteriosa de las dos de la mañana. Es la hora de contemplación y discusión; de alguna manera, la verdad tiene una habilidad furtiva de revelarse aquí. Por eso, te imploro que te quedes despierto hasta tarde en algunos días. Nunca se sabe la magia que aparece en estos momentos tranquilos.
Muchas veces cuando voy a fiestas con mis amigos (y celebramos de manera apropiada, por supuesto), es una garantía que volviéramos al dormitorio en esta hora mágica. Después de unos momentos de chachareo, eventualmente la conversación siempre se posa en temas serios. No estoy seguro, pero el ambiente de serenidad en esta hora funciona como un eco que amplía los sentimientos de la charla. Me hago mejores amigos con ciertas personas aquí; sospecho que el aire tiene un poder misterioso de fortificar el cariño de las palabras. Hablamos de las chicas por supuesto, pero también del futuro, nuestros sueños y las esperanzas escondidas. No puedo contar los momentos en que reí, lloré y abracé a mis amigos durante la hora. He revelado y me he enterado de más secretos allí que en otros tiempos. Te aseguro que se conocerá el carácter verdadera de una persona mejor cuando se habla a las dos de la mañana. A veces, vale la pena trasnochar para entrar en este mundo extraño con los amigos.
La hora de las dos es para los soñadores y los amantes. Aunque a mí me gusta estar de fiesta, estoy despierto más veces porque hay que estudiar. La procrastinación, después de todo, es un gran tema de la universidad. Sin embargo, encuentro que en las tantas de la madrugada mis pensamientos también son más intensos. Cansado y desesperado porque el ensayo vence a las nueve, suelo sentarme en la cama para tomar un descanso y contemplar. A menudo, pienso en las posibilidades, los errores y las elecciones. Debajo de la luz de las estrellas, es fácil estar fuera del cuerpo para examinarse y estar meditativo. Recuerdo que durante mis momentos de depresión, siempre es a las dos de la mañana cuando estoy acurrucandome en el suelo con una manta, escuchando las canciones que me entienden para no sollozar. Hablando de eso, las canciones tienen más potencia en esta hora. Es cierto que mis descubrimientos personales ocurren aquí. Recuerdo la canción que escucho cuando intento alegrarme, siempre por supuesto a las dos de la mañana. Se llama “Happy” de Marina and the Diamonds:
I believe in possibility
I believe someone's watching over me
And finally I have found a way to be
Happy, happy
Entiendo que todas las personas tienen personalidades diferentes. Algunos quieren acostarse temprano y no son extrovertidos, pero otros suelen explorar y revelar los secretos de la madrugada. Te recomiendo, sin embargo, que pruebes conocer la hora mágica de las dos, y cuéntame la historia de tus aventuras. La sorpresa no consiste en lo que encuentras, sino en como lo descubres.